«No inventemos contradicciones entre los Papas, eso daña a la
Iglesia», avisa el cardenal Müller
P.J. Ginés / ReL
3 mayo 2016
Gerhard Ludwig Müller, el cardenal Prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, es un hombre que tiene por encargo conservar el
depósito de la doctrina y hacerla inteligible. En una época en que muchos
intentan hacer decir al Papa cosas que no dice, Müller pide aplicar algo de
sentido común e insiste en que él sí entiende al Papa Francisco.
Cómo entender a Francisco
“He
pasado muchos veranos en Perú, y en otros países hispanos, conozco la
mentalidad en América Latina y puedo entender bien la visión del Papa
Francisco”, explicó este martes, en un español suficiente, durante una rueda de
prensa en la Universidad Francisco de Vitoria, para presentar su
libro-entrevista “Informe sobre la esperanza” (BAC).
El
teólogo alemán respondió las preguntas de los periodistas en español y sin
consultar notas.
“No
inventemos contradicciones entre los Papas recientes”, repitió en varias
ocasiones. “Cada uno tiene su estilo. El Papa Francisco explica que él no viene
de la experiencia académica, aunque sepa teología. Para entender al Papa
Francisco hay que estudiar los ejercicios de San Ignacio, eso ayuda a entender
sus puntos de referencia al pensar.También San Ignacio tenía una teología
profunda, pero no al estilo de las academias de entonces. La teología existe
para que cada cristiano piense su fe. San Bernardo, San Francisco y otros grandes
autores de la vida espiritual, aunque no se expresaban a la manera académica,
nos hacen pensar en cosas importantes, como Cristo Niño, por ejemplo… nos hacen
entrar en temas profundos sin ser catedráticos. Pues bien, el Papa Francisco
tiene una teología que viene de la vida espiritual”.
Papados que se complementan
El
cardenal alemán cree que los últimos papados se complementan.
“Juan
Pablo II venía de un país comunista, con una visión amplia de los
totalitarismos. Benedicto XVI es un gran científico, culto, filósofo que conoce
bien los Padres de la Iglesia. Ahora tenemos la suerte de contar con una nueva
visión, de América Latina. Cuando Francisco nos habla de periferias, nos amplía
la visión. También en Europa tenemos periferias: el secularismo, la secularización
agresiva en la Unión Europea que no recuerda los fundamentos cristianos de
nuestra cultura… El Papa Francisco tiene una visión para renovar también
Europa… y, por cierto, le dan el Premio Carlomagno… cada Papa es para nosotros
un regalo que nos da Cristo”.
Su
conclusión: “No construyamos falsas contradicciones [entre Papas] que hacen
daño a la Iglesia; debemos marchar juntos, cada uno con su carisma, y así
llevar “adelante” la Iglesia, como dice el Papa Francisco”.
La doctrina del matrimonio no puede cambiar
El
cardenal Müller también se refirió a la doctrina católica sobre la
indisolubilidad matrimonial, que es dogmática, dijo, y no una mera disposición
eclesiástica.
“Vivir
en gracia de Dios en una situación objetiva de pecado no es posible. El derecho
eclesiástico se puede cambiar, pero el derecho divino no, la Iglesia no tiene
potestad para ello. El fundamento dogmático del sacramento es la Palabra de
Dios realizada en Jesucristo. El matrimonio entre cristianos bautizados es un
sacramento, la Iglesia no puede cambiar esto. Tampoco puede cambiar la
indisolubilidad. Es un requisito, igual que para bautizar a alguien es un
requisito que crea en Jesucristo, no puedes bautizar a alguien que no cree. En
el matrimonio, la Iglesia no puede aceptar un segundo esposo, hay
indisolubilidad hasta la muerte. Puede haber separaciones legítimas, pero
casarse civilmente con otro va contra la voluntad de Dios. Ahora bien, es
verdad que hay que ver la fragilidad de los hombres, que la pastoral debe
tenerlo en cuenta, con diálogo personal...”.
La confesión, acompañamiento personal
Improvisando
una respuesta sobre la necesidad de un acompañamiento personal, el teólogo
propuso la confesión como una forma de acompañamiento personalizado.
“Bonhoeffer,
que era un teólogo protestante, dijo: “nosotros hemos perdido la dimensión
personal de la pastoral, tenemos solo un sermón”. Pero los católicos tenemos,
por ejemplo, el sacramento de la penitencia, que no está solo para los pecados
graves, también está para los pecados veniales, para corregir la propia vida en
diálogo… Para mí eso es importante. Es importante conocer el caso personal”.
Después
insistió en que “no se puede vivir de modo uxorio [esponsal, matrimonial] con
un segundo cónyuge, es una contradicción objetiva. No es que lo digan reglas
variables de la Iglesia, sino que son reglas de derecho divino. El Papa ha
dicho: ‘yo no quiero hacer una re-interpretación de la doctrina de Trento, o de
otros concilios’. Él no quiere hacer una interpretación ex cátedra porque todos
los elementos del matrimonio ya están dogmatizados…”
A
modo de ejemplo expuso algunos datos sobre el debate con los ortodoxos acerca
del matrimonio, ya que las Iglesias ortodoxas a partir de cierta época
admitieron una segunda unión no matrimonial aunque tolerada como si lo fuese…
“Antes
del Concilio de Florencia [siglo XV] había un debate con los ortodoxos; después
Benedicto XIV [1740 – 1758] dijo que los ortodoxos que quieran estar en
comunión con la fe católica no pueden tolerar un matrimonio de segundo grado.
Aún hoy los ortodoxos no reconocen el divorcio, solo toleran una segunda unión…
Pero la máxima autoridad católica siempre ha sido que esta práctica no se puede
aceptar”.
Después
examinó la posibilidad teórica de que algunos casos concretos de pecado no
puedan ser imputables ante Dios. “Santo Tomas dice en la Suma Teológica que hay
pecados mortales que para Dios, en su Juicio final, pueden ser menos
imputables. Pero la Iglesia en el mundo ha de administrar los sacramentos y
medios de salvación. Antes de comulgar hay que recibir la absolución, la
reconciliación, el sacramento de la Penitencia. Ni este Papa ni otro Papa ni un
concilio ecuménico pueden cambiar esta doctrina de los sacramentos”, sentenció.
En
cuanto a la pastoral para acompañar a divorciados que viven en una segunda
unión, especificó: “Las pastorales para integrar a estas personas han de contar
con que el fin puede ser solo que se separen del esposo ilegitimo; o que, en
algunos casos vivan juntos pero no more
uxorio [no al modo esponsal]. Esto nadie lo puede cambiar”.
El Cuerpo de Cristo y el hospital de campaña
Un
periodista le planteó si hay una dicotomía entre quienes ven la Iglesia como el
Cuerpo de Cristo, algo santísimo, y quienes la ven, como Francisco, como un
“hospital de campaña”, donde hay heridos y gente en tratamiento, y bastantes
cosas feas como heridas, sangre…
Pero
el teólogo vaticano consideró que “no podemos equiparar las imágenes bíblicas
que expresan la esencia y sustancia de la Iglesia –Cuerpo de Cristo, Templo del
Espíritu, etc…- con esas imágenes pedagógicas que pueden usar el Papa y otros
predicadores”.
Hans Kung trata de usar a Francisco
Después,
lamentó que “hay quien se sirve del buen Papa para decir: “él apoya nuestras
ideas”.
Y
tomó el ejemplo del teólogo disidente Hans Kung, quien ahora asegura que el
Papa Francisco piensa reformular el concepto de infalibilidad papal y darle la
razón a él.
Müller,
que como alemán conoce a Kung y su obra desde hace décadas, dijo: “Hans Kung
siempre ha predicado la insurrección contra el Papado. La infalibilidad es
esencial en la eclesiología católica. Jesús dijo a Pedro: “El Padre del Cielo
te lo ha revelado”. Es la fuerza del Espíritu Santo lo que dio a Pedro su
confesión fundamental. Hoy podemos debatir como ejercer este u otro ministerio
eclesial. Pero lo que Hans Kung no puede decir ahora es “me siento apoyado en
mis críticas”, porque su eclesiología no encaja en la católica. Él no cree en
la divinidad de Cristo. Él no cree en la Trinidad. No cree en la unión hipostática
de Jesús, que para él es solo un ejemplo, como dijo Harnack, solo una
helenización del cristianismo… En cambio, nosotros sí lo creemos y decimos en
el Credo que Dios es uno y trino, que se hizo hombre, se hizo carne. Kung no
puede justificarse ahora en lo que dice el Papa”.
Por
eso, retomó el cardenal su tema principal, el mismo Papa Francisco nos explica
que él tiene su propio estilo personal de expresarse, que su misión es de
pastor, de hablar con la gente de manera sencilla… el mismo Francisco, dijo Müller,
remite a Benedicto XVI cuando alguien pide una explicación clara de un tema
complejo de doctrina.
Y
concluyó insistiendo: “No inventemos contradicciones entre los Papas, eso daña
a la Iglesia”.
Opus Dei, Vigo