Reproducimos
una entrevista en la que Mons. Fernando Ocáriz habla sobre el camino hacia el
congreso electivo del Opus Dei, que tendrá lugar el próximo mes de enero en
Roma.
Congreso
Electivo 2017
23 de Diciembre
de 2016
El pasado 22 de
diciembre, Mons. Fernando Ocáriz, vicario auxiliar del Opus Dei, convocó
públicamente el congreso que elegirá al sucesor de Mons. Javier
Echevarría al frente de la prelatura. A partir del 21 de enero se reunirá el
pleno del Consejo para las mujeres de la prelatura, que debe presentar al
congreso sus propuestas de candidatos. Las primeras votaciones del congreso
electivo serán el 23 de enero.
Por Rodrigo
Ayude
¿Cómo se está viviendo en la prelatura del Opus Dei
este periodo de preparación para la elección del nuevo prelado? Como vicario
auxiliar, ¿cuáles son sus sentimientos en estos momentos?
Pienso
que todos y todas en la Prelatura estamos recorriendo este periodo en actitud
de oración, acudiendo especialmente al Espíritu Santo. El Congreso electivo comenzará precisamente con una
Misa votiva del Espíritu Santo, para pedirle que guíe todos nuestros pasos. La
fe nos da la seguridad de que el Señor conduce a su Iglesia y, por tanto,
también a esta porción de su pueblo.
Además,
este tiempo de Navidad nos permitirá preparar nuestro corazón para el Congreso electivo, dirigiendo la mirada hacia lo
esencial: Jesucristo, el Niño-Dios, el rostro de la Misericordia del Padre. Al
contemplar el misterio de Belén, encontraremos también a la Virgen María, Madre
de la Iglesia, y nos acogeremos a su intercesión.
Vivimos
estos días muy unidos al Santo Padre Francisco y toda la Iglesia, de la que el
Opus Dei es una pequeña parte. Como es lógico, es fuerte el sentimiento de
gratitud por el trabajo pastoral y el buen ejemplo que nos ha dejado Mons.
Javier Echevarría.
Siguiendo
las huellas de san Josemaría y el testimonio de sus dos primeros sucesores,
estamos ponderando en el corazón la herencia que hemos recibido, que hemos de
saber convertir en luz y consuelo para el mundo de hoy, como han tratado de
hacer, durante los siglos, los discípulos de Cristo. Tengo el convencimiento de
que nos uniremos de todo corazón al prelado que se elija, para ayudarle a guiar
la prelatura en la sociedad actual.
En las dos elecciones anteriores, se ha elegido como
prelado al número 2 del Opus Dei: en 1975, al beato Álvaro del Portillo, que
durante años fue principal colaborador del fundador. Después, al fallecer Mons.
Del Portillo, se eligió a quien había sido hasta entonces vicario general,
Mons. Javier Echevarría. ¿Piensa que esta tendencia podría repetirse en las
futuras elecciones?
En
las elecciones anteriores [...], los dos primeros sucesores fueron formados
directamente por san Josemaría. Los electores votaron en conciencia por esas
personas. No fue un proceso automático.
En
las elecciones anteriores se dio, efectivamente, esa circunstancia. Pienso que
habrá sido en razón de las personalidades y biografías singulares de los dos
primeros sucesores, que fueron formados directamente por san Josemaría. Los
electores votaron en conciencia por esas personas. No fue un proceso
automático. Les pareció que lo mejor era elegir a quienes habían trabajado más
cerca del fundador.
Algunas
circunstancias han cambiado desde entonces: el nuevo prelado ya no será una
persona que haya trabajado de un modo tan directo con el fundador como lo
habían hecho el beato Álvaro del Portillo y Mons. Javier Echevarría, aunque
quizá lo haya podido conocer y tratar.
Para
el Congreso electivo hay, en mi opinión, muchos candidatos válidos, buenos y
prudentes, que podrían tomar el relevo. Los electores tienen la responsabilidad
de votar libremente a quien, en conciencia, consideren más idóneo. Inmediatamente,
el nombre de la persona que resulte elegida será transmitido al Papa Francisco,
pues se requiere la confirmación del Romano Pontífice.
Cuando hay procesos de elección, la opinión pública
suele hacer lecturas en clave política. Con frecuencia se habla de corrientes,
tendencias, etc. ¿Cómo reacciona ante este tipo de razonamientos?
Son
interpretaciones que resultan lejanas a quienes viven la elección desde una
perspectiva espiritual y eclesial. Quien tiene la responsabilidad de una
elección de este tipo pone su seguridad en la “corriente” del Espíritu Santo,
como nos animaba a hacer el Papa Francisco hace unos días, cuando se le habló
del futuro inmediato del Opus Dei.
A
veces, como usted dice, se hacen lecturas parciales, en clave demasiado humana
o política. Al poner el acento en estos aspectos, se presenta la variedad como
un problema. A mi modo de ver, el pluralismo y la variedad son una gran
riqueza. Los electores del Opus Dei —al igual que los demás fieles de la
Prelatura— proceden de países de los cinco continentes, tienen modos de ser muy
diversos, tendencias culturales variadas, gustos y estilos propios de su tierra
y de su familia. Esa diversidad, tan fomentada por san Josemaría, es compatible
con lo esencial: la fidelidad al carisma recibido del fundador y reconocido por
la Iglesia. La fidelidad a esa herencia espiritual (con algunos rasgos tan
marcados como el sentido de la filiación divina, la búsqueda de la
santificación en las circunstancias ordinarias de cada día, la mentalidad laical
y el alma sacerdotal, etc.) asegura una unidad de fondo entre todos.
Los dos prelados anteriores fueron colaboradores
directos del fundador. Con la elección del tercer prelado, ¿empieza una nueva
época para el Opus Dei?
Me
vienen a la cabeza unas palabras que Mons. Echevarría nos decía con frecuencia:
«El Opus Dei está en vuestras manos, en las de cada persona de la Obra». Es una
realidad que en estos momentos recobra una nueva fuerza. Las actuales
circunstancias son una llamada a la responsabilidad, pues cada uno de nosotros
tendrá que estar más pendiente de encarnar el legado de san Josemaría en el
mundo actual, ante la gente de hoy.
Sin
duda, quien sea elegido prelado contará con la oración de los fieles del Opus
Dei y de muchísimas otras personas. También podrá apoyarse en el equipo que
forme, y trabajar con los demás: la colegialidad es otro rasgo principal del
legado de san Josemaría.
¿Cuáles piensa que serán los principales retos que se
encontrará el nuevo prelado del Opus Dei?
El
reto principal es ayudar a que cada persona del Opus Dei sepa hacer la Iglesia
en su lugar de trabajo, en su ambiente profesional, en el mundo de la cultura y
de la familia. Con su testimonio cristiano, los fieles de la Prelatura pueden
ayudar a encontrar a Cristo a la gente de hoy: en medio de la calle, en una
sociedad cada día más plural. En este sentido, es necesario realizar una
catequesis actual en el mundo de las profesiones, allí donde está la gente.
Otro
desafío es dar alegría y esperanza al mundo de hoy. No a un mundo ideal sino a
este mundo nuestro complejo, lleno de heridas, tan necesitado de la caridad. En
otras palabras: santificar la vida ordinaria de hoy, llevando a Cristo a todas
las periferias existenciales, como nos recuerda el Papa Francisco.
Con
la gracia de Dios, se podrá formar a personas que intenten vivir con el corazón
en Cristo y los pies en la tierra, conscientes de sus propias limitaciones. La
alegría de vivir el mensaje cristiano, encarnado en su propia vida, podrá
transmitirse entre sus iguales: de mecánico a mecánico, de enfermera a
enfermera, de comercial a comercial, de periodista a periodista…
También
se debe incentivar la iniciativa personal de millares de personas que, movidas
por el amor a Cristo y a los demás, sepan poner en marcha iniciativas que
respondan a los grandes retos de nuestro tiempo: la honradez y la ética
profesional, la erradicación de la pobreza, la ayuda a los refugiados, la falta
de trabajo, la promoción de la familia, etc. En resumen, ojalá contribuyamos a
edificar la Iglesia como mundo reconciliado con Dios, según la frase de
san Agustín.
Opus Dei, Vigo
Opus Dei, Vigo